jueves, 5 de mayo de 2016

CONFUSIÓN, MIEDO, TEMOR


Nadie llegó a la cumbre acompañado por el miedo. Publio Siro.
Dejamos de temer aquello que se ha aprendido a entender. Marie Curie.
Quien vive temeroso, nunca será libre. Horacio.
Los tímidos tienen miedo antes del peligro; los cobardes, durante el mismo; los valientes, después. Jean Paul.

Con estas frases, hemos comenzado esta semana nuestro Proyecto sobre las emociones, anticipando las que veríamos más tarde. Tras leerlas y reflexionar sobre ellas, nuestros alumnos leyeron las páginas del Emocionario relativas a confusión y miedo.

  • Confusión: mezcla desordenada de sentimientos, que de forma imprevisible y caótica, nos puede conducir al miedo.
  • Miedo, temor: emoción que aparece cuando creemos que vamos a sufrir algún daño.

A partir de aquí, comenzamos un acalorado diálogo sobre nuestras reacciones hacia estos sentimientos. Pero, ¿cuándo aparecen?, ¿son iguales en todas las etapas de nuestra vida?, ¿se pueden superar?...

Durante la infancia, si bien, los miedos son  muy “personales” –le podemos coger terror a la señora del cuadro del salón o al sonido que emite un juguete–, lo habitual es que el origen de nuestros sobresaltos esté en cuestiones que a la mayoría de los niños le asusta alguna vez en su vida. Los más típicos son:

  1. La ausencia de los padres. Cuando las personas que les cuidan –especialmente, mamá– se alejan de su lado, sufren miedo al abandono. Se trata de un temor que suele aparecer antes del año, está muy acusado hacia los 2 o 3, y puede extenderse hasta los 6.
  2. La oscuridad. Es quizás el miedo más universal que surge alrededor de los 2 años. Cuando se apaga la luz, la imaginación se dispara, los ruidos se malinterpretan… y además, todo ocurre cuando él está solo en la habitación.
  3. Los desconocidos. El miedo a los desconocidos parece a muy temprana edad –hacia los 8 meses de vida– y puede durar bastantes años.
  4. Los ruidos fuertes, sobre todo si son repentinos. También aparece desde bebés, y se puede mantener más allá de los 5 años.
  5. Los médicos. La bata blanca se relaciona con el miedo al dolor, o con el hecho de no saber lo que le van a hacer.
  6. El agua de la piscina o del mar. Nace de nuestra propia condición de humanos, puesto que no podemos respirar bajo el agua. También puede surgir de una  mala experiencia o de un aprendizaje mal encauzado.
  7. La altura. En principio, no suelen tenerlo –de hecho, los niños se tiran por el tobogán sin problemas–. Pero si detectan angustia en el adulto cuando se suben al columpio, entonces, pueden empezar a sentir que es peligroso.
  8. Los animales. Los perros suelen provocar algunos malos tragos. Se trata de un miedo fruto de alguna mala experiencia porque ellos, en principio, no suelen temerlos –se acercan a ellos, les acarician… hasta que un día el perro se revuelve, y le ladra o se le sube encima.
  9. Las personas disfrazadas. Alrededor de los 3 años aparece el miedo a las personas disfrazadas, las caretas… porque aún no saben que no son de verdad.
  10. Los monstruos, las brujas… Entre los 5 y los 7 años, surge el temor a los seres imaginarios que, por otro lado, tanto les atraen.

En mayor o menor medida, todos comentamos miedos que habíamos sentido en algún momento de nuestras vidas,  sin embargo, quisimos centrarnos en temores más propios de su edad. Para ellos seleccionamos:
  • Miedo a no ser aceptados en un grupo de iguales.
  • Miedo al abuso, agresiones físicas o verbales.
  • Miedo a no confiar en nosotros mismos y en nuestras posibilidades.

En primer lugar, escuchamos el cuento de Graciela Cabal “Miedo”. En él, nos explica en forma de fantasía, cómo un niño consigue superar todos sus miedos infantiles. 


Había una vez, un chico que tenía miedo pero mucho miedo.
Tenía miedo a la oscuridad, porque en la oscuridad crecen los monstruos,
 esos que viven debajo de la cama, esos que se escaparon de las películas de terror. O esos monstruos que se meten en los sueños y te hacen tener pesadillas, pero este nene no le tenía únicamente miedo a los monstruos.
También le tenía miedo a los ruidos fuertes porque los ruidos fuertes te hacen agujeros en las orejas. Es como si te pusieran una bomba y te explotase en los oídos.
Otra de las cosas a la que este chico le tenía miedo era a las personas altas pero no a todas las personas altas sino a esas mujeres que venían de visita que eran gordas, estaban muy maquilladas y que le apretaban las mejillas, los llenaban de besos y le decían ¡ay,
 qué lindo ¡ a quién quieres más ¿A mamita o a papito?
La mamá cansada de que este chico tuviera miedo lo llevó al doctor.
El doctor le recetó un jarabe para que nunca más tuviera miedo.
El jarabe era amargo, espantoso, reamargo.
Al papá le pareció que más que llevarlo al doctor o darle un jarabe era un buen reto:
Basta de andar teniendo miedo, vos!-le dijo-¡yo cuando tenía tu edad nunca tuve miedo, nunca!
Pero el nene seguía teniendo miedo, mucho miedo.
Entonces al tío le pareció que en lugar de tomar un jarabe asqueroso o recibir un reto era mejor que le hicieran burla:
- ¡La nena tiene miedo, la nena tiene miedo!
Ni el jarabe del doctor, ni el reto del papa ni las burlas del tío sirvieron para que el nene dejara de tener miedo, al contrario cada vez tenia más miedo.
Porque no solamente le tenía miedo a los monstruos, a los ruidos fuertes o a los besos.
Si no que ahora además le tenía miedo a los jarabes feos, a los retos del papa y a las burlas de su tío.
Un día la mamá
  le llevó a la plaza. El nene no quería ir a la plaza porque estaba llena de las personas bajitas y de personas altas que te empujan.
El chico se sentó en un banco, al lado de su mamá, las mamas leen revistas de chismes cuando van a la plaza.
Algunas charlan con sus amigas, la mamá de este nene no tenía muchas amigas.
Había pasado casi una hora, bueno en realidad no sé si fue exactamente una hora porque cuando uno está aburrido el tiempo pasa lentamente…
De repente, el nene vio ahí cerca de donde él estaba a una persona bajita pero un poco alta que le estaba pegando a un perro con una rama.
El perro era chiquito dé color blanco y con algunas manchitas.
Parecía triste, muy asustado estaba el perro, al nene le dio una cosa acá, muy cerca del ombligo no sé que es en realidad pero es lo que sentimos cuando vemos una injusticia o cuando algo nos da mucha lástima.
El nene se acercó a ayudar al perro y vio la mirada de odio de esa persona bajita pero un poco alta y lo estaba amenazando con una rama si se acercaba y...
Entonces el nene se quedó parado sin saber qué hacer. Muerto de miedo se quedó el nene.
Esa persona bajita pero un poco alta tiró la rama y se fue, el nene volvió al banco donde estaba su mamá leyendo la revista pero el nene no fue solo el perro lo siguió.
Y ¿eso qué es? Preguntó la mamá.
Nadie va, es un perro.
¿Lo podemos llevar a casa, mamá? Dijo el nene.
No.
Dale mamá, por favor está asustado con hambre y además lastimado, si lo llevamos te prometo que lo voy a cuidar.
Era la primera vez que la mama veía al nene entusiasmado con algo, era la primera vez que veía a su hijo con esa mirada resplandeciente en los ojos.
Cuando llegaron a la casa lo primero que hicieron fue bañar al perro.
Lo contento que estaba el perro en el agua.
Después el nene fue a buscar una fuente de losa y un poco de polenta que había quedado en la heladera, el perro se comió toda la polenta y además un plato de leche.
Pero el perro seguía con hambre, mucha hambre seguía teniendo, entonces...
El perro se comió todos los monstruos que estaban en la oscuridad y todos los ruidos fuertes que hacen agujeros en las orejas. Y como todavía tenía hambre también se comió el jarabe amargo del doctor, los retos del papá y las burlas del tío, los besos de las personas altas y los empujones de las personas bajitas.
Con la panza bien llena el perro se fue a dormir.
Debajo de la cama del chico se fue a dormir por si quedaba algún monstruo suelto.
Ahora el chico que tenía miedo, no tiene más miedo… tiene un perro.

Así pues, nuestro protagonista superó su miedo gracias a un amigo y al cariño que éste le procuró. Y nosotros… ¿somos capaces de superar nuestros miedos? ¿a qué tenemos miedo en la actualidad?

A continuación, hicimos una lectura dramatizada del cuento ¿Quién eres?, de Jorge Bucay. Con él, quisimos trasmitir el miedo a ser ignorado, a no ser aceptado por los demás o incluso, por nosotros mismos.


Finalmente, visualizamos  el corto “El sándwich de Mariana”. Este vídeo nos muestra la compleja realidad del buylling en distintos niveles. Se trata de  Mariana, una niña de 10 años que sufre de abuso y maltrato en la escuela a manos de Isabel, quien apenas es 3 años mayor que ella. Cierto día, cansada de la situación, Mariana decide seguir a su verdugo hasta su hogar sólo para descubrir que Isabel, pese a que no lo parezca, es una víctima más en una cadena de agresión al interior de su familia.


¿De qué tiene miedo cada personaje?, ¿por qué tienen miedo?, ¿existen estas situaciones en realidad?,  ¿cómo podemos evitarlas?, ¿cómo podemos ayudar?



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